Un muy buen chiste antropológico dice que si quieres desarmar a un antropólogo en pocos segundos, pídele que te dé una definición corta de lo que es cultura -es mejor sentarse para esperar y escuchar su respuesta... y es que, ¿Por qué será tan complejo definirla? ¿Por qué no resumirla en una frase corta? Si bien, en épocas recientes se ha popularizado la definición breve de que la cultura es "todo lo que hace el ser humano", esta ambiciosa y resumida definición restringe la comprensión de la profundidad y trascendencia que el concepto tiene para la comprensión del ser humano como ser social. Por esta razón, es importante conocer los detalles sobre la cultura, ya que se trata de un término que engloba y delimita aspectos fundamentales de la condición humana para así evitar cometer el error de decir que alguien "no tiene cultura", o que "tal cultura es más avanzada que otra".
Expresiones culturales prehispánicas, coloniales y modernas. (Fotos: M.S. Barrios 2010, 2013, 2015 y 2022 en Venezuela, Colombia y México)
La cultura, es una palabra que en Antropología ha sido definida de varias formas a lo largo de su desarrollo como ciencia social, inicialmente refiriendo al campo de acción de la misma. Desde finales de la década de 1800, antropólogos como Edward Burnett Tylor la han definido como un complejo conjunto de conocimientos, valores, normas, costumbres, creencias, símbolos, signos, capacidades y hábitos que adquiere un individuo de una sociedad. Ese compuesto variado que hace posible al ser humano como ser social es lo que le otorga una singular visión del mundo (R. Benedict). De ahí que, tomando en cuenta lo que nos dice la Antropología y reconociendo nuestras propia experiencia de vida en sociedad podemos comprender a la cultura como: un sistema complejo compuesto por un conjunto de pautas y valores compartidos por los individuos de una sociedad, que determina el comportamiento general a través del cual vivirán, pensarán, sentirán y se expresarán física, conductual, lingüística y materialmente.
“La cultura es un saber del que no tiene uno que acordarse... fluye espontáneamente” Diógenes de Sinope
Los conocimientos culturales adquiridos por cada persona son como una serie de actos aprendidos y experimentados durante toda su vida, mientras se incrementan con la interacción familiar y la sociedad donde vive. Es decir, desde que nacemos, nos encontramos rodeados e inmersos en una cultura. Desde el nacimiento, como individuos no tenemos conocimiento alguno sobre el comportamiento acordado o la manera de hablar y expresarse, por eso desde la infancia comenzamos a socializar primero con la familia, siendo la madre o la figura materna, el contacto más cercano y directo con el saber. De igual forma, al encontrarnos fuera de ese círculo familiar en otros ambientes (calle, escuela, campo, parques, etc.), conocemos y aprendemos nuevas reglas -así como también estándares de comportamiento dependiendo del grupo social en el que nos encontremos-.
En una sociedad, la cultura tiende a ser similar de una generación a otra dándole continuidad a los estilos de vida a través del proceso conocido como Enculturación (Harris, 1971), esa experiencia en la que incorporamos conocimientos, aprendizajes y puesta en práctica de las normas, creencias, tradiciones y costumbres de la cultura en la cual se desarrolla y vive. Todo esto tiene por objetivo, enseñar aquello que es considerado apropiado y lo que no (dentro de un marco social específico) de una generación a otra, para que los individuos puedan integrarse de forma adecuada al grupo al que pertenecen. Este aprendizaje comienza en la niñez y se extiende hasta la vida adulta, parcialmente consciente o inconscientemente. Puede ser transmitido a través de la repetición de costumbres, información oral, escrita o audiovisual y el acervo cultural: juegos y canciones tradicionales, tradición oral, danzas, manifestaciones artísticas, etc. Las creencias o rituales religiosos también son herramientas de enculturación.
Muestras del proceso de enculturación en manifestaciones culturales de Venezuela y México (Fotos: M.S. Barrios, 2013, 2015 y 2022)
También, mientras la vida como individuo va desarrollándose y cambiando continuamente, de igual forma lo hace la cultura donde nos encontramos y todas las demás. La cultura se transforma, todas las culturas son continuamente afectadas por nuevos conocimientos y por otras culturas que las llevan a adoptar nuevos rasgos: palabras, signos, símbolos, costumbres, cantos, etc., y en algunos casos hasta cambiar por completo su identidad cultural, pero este cambio total de identidad no se da solamente por adoptar ciertos elementos culturales o de vida de otras, sino por la decisión que llegarían a tomar de transformarse por completo. En esa decisión participa cada individuo de forma particular, ya que al final es el grupo social el que decide los cambios que se pueden realizar, esa es su función principal, y la del individuo es vivir la cultura, mientras contribuye en la producción de la misma para que así pueda sobrevivir en su memoria y perdurar en la historia, ofreciendo además saberes especializados según su experiencia de vida a las generaciones futuras.
Referencias bibliográficas:
Barfield, T. (2000). Diccionario de Antropología. SIGLO XXI EDITORES S.A. DE C.V.
Harris, M. (1971). Introducción a la antropología general. Alianza Editorial.